En México, la herniación de disco ocupa un lugar preponderante en el país, ya que de acuerdo a los informes de epidemiología que el IMSS reporta en sus centros de atención primaria se ha observado que el 13% de la población (edad de 20 a 59 años) manifiesta este tipo de dolor crónico, cifra que sugiere que se presenta en 2 de cada 10 sujetos que acuden a la consulta externa de atención primaria. El gran reto de múltiples técnicas de tratamiento para el manejo de la hernia discal, es imperioso saber elegir el método adecuado y de acuerdo a una minuciosa valoración clínica del paciente darle el beneficio de solucionar y no complicar su calidad de vida.( 1 )
El 85% de los pacientes con hernias discales agudas mejoran sin tratamiento quirúrgico. El tratamiento del dolor crónico representa un costo financiero muy alto. La frecuente pérdida de horas de trabajo, complicada a menudo con exacerbaciones que obligan a una prolongada hospitalización, crea importantes gastos médicos que son difíciles de evitar, como los que suceden después de que el paciente es sometido a cirugía de columna vertebral, así como las múltiples complicaciones y la elevada frecuencia de demandas. ( 1 )
La terapia de ozono es una tecnología que se está utilizando actualmente en el tratamiento de una gran variedad de enfermedades, con una difusión creciente en el ámbito médico. Este tratamiento no es está exento de riesgos, que en algunos casos pueden llegar a ser graves. Estas circunstancias y la existencia de un informe previo publicado por AETSA en el año 2003 sobre la terapia de ozono en la hernia discal. ( 2 )
Los resultados obtenidos en pacientes con hernia discal, en relación a la desaparición y/o mejoría del dolor, oscilan entre un 32,3% y un 83,2% de los casos. El ozono ha sido probado en el tratamiento de múltiples y variadas enfermedades, principalmente para el control del dolor en patologías del área traumatológica, principalmente la hernia discal. ( 2 )
Reporte de 147 casos de éxito en el Centro de la Columna Vertebral a base de colchicina homeopática, ozono y terapia física
Este artículo es originalmente publicado en:
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